lunes, 16 de mayo de 2016

Control de lectura 7: Aprender a comunicar(se) en las aulas

Comunicación en el aula
Aprender a comunicar(se) en las aulas
Autor:Carlos Lomas

El estudio de la comunicación dentro de la educación y sus procesos es relativamente nuevo ya que anteriormente las investigaciones educativas giraban prácticamente alrededor de dos objetivos: la producción y reproducción de la información, conocimiento, cultura, ideologías,etc.. en la sociedad y sobre como es que los educandos aprenden.

La vida en las aulas se convierte en un ámbito preferente de observación y de análisis: el aula ya no es sólo el escenario físico del aprendizaje escolar, sino también ese escenario comunicativo donde se habla y se escucha , donde se lee y se escribe, donde unos se divierten y otros se aburren, donde se hacen amigos y enemigos, donde se aprenden algunas destrezas, hábitos y conceptos a la vez que se olvidan otras muchas cosas. 

Es ese lugar donde unos y otros conversan, donde las formas del discurso pedagógico del maestro dialogan con las maneras de decir y de entender el mundo de quienes acuden a las aulas de nuestras escuelas e institutos de lunes a viernes, les guste o no.

Salón de clases
Al aula es un lugar activo aunque no siempre parezca así ya que al contemplarlas a través de una ventana del pasillo, son más semejantes por su actividad a una colmena.

Colmena
En un estudio sobre las aulas de primaria se descubrió que el profesor llega a tener hasta mil interacciones personales diarias. 

Niños y niñas, adolescentes y jóvenes no sólo están ahí en silencio esperando a ser enseñados, sino que también hablan, escuchan, leen, escriben y hacen algunas cosas con las palabras, y al hacer esas cosas con las palabras colaboran unos con otros en la construcción del conocimiento. 

Contexto comunicativo
Al hablar, al escuchar, al leer, al entender y al escribir intercambian significados, dialogan con las diversas formas de la cultura, adquieren las maneras de decir de las distintas disciplinas académicas, resuelven algunas tareas, y en ese intercambio comunicativo aprenden a orientar el pensamiento y las acciones, aprenden a regular la conducta personal y ajena, aprenden a conocer el entorno físico y social, ponen en juego las estrategias de cooperación que hacen posible el intercambio comunicativo con las demás personas y la construcción de un conocimiento compartido del mundo.

Desde esta perspectiva el currículo debería ser un contexto de comunicación y no solo un cumulo de objetivos y propósitos

COMPETENCIA COMUNICATIVA Y EDUCACIÓN

Competencia comunicativa
la competencia comunicativa se entiende como:
  • La capacidad cultural de las personas para expresar y entender enunciados adecuados a intenciones diversas en las diferentes situaciones y contextos de la comunicación humana.
La educación lingüística en la educación obligatoria tiene como objetivo mejorar esta competencia ya que es una herramienta comunicativa, esta orientada al dominio expresivo y comprensivo de los usos verbales y no verbales de la comunicación para favorecer desde el aula el aprendizaje de las destrezas del hablar, escuchar, leer, entender y escribir. 

Es menester concebir la educación como un aprendizaje de la comunicación y entender el aula como una comunidad de habla, de lectura y de escritura, ademas de que supone contribuir desde las aulas al dominio de dichas destrezas. 

También es necesario modificar el curriculum de manera que este haga posible que los alumnos y las alumnas puedan poner en juego los procedimientos expresivos y comprensivos que caracterizan los intercambios comunicativos entre las personas. aunque del dicho al hecho hay mucho trecho, ya que a menudo la lengua en la escuela se vuelve un conjunto de conceptos gramaticales y de saberes lingüísticos 
mientras en las aulas casi nunca se habla, mientras en las aulas casi nunca se enseña que los textos tienen una textura y una contextura y que es en el uso donde es posible atribuir sentido a lo que decimos cuando al decir hacemos cosas con las palabras.

Estas son algunas de las cosas que  hacemos con las palabras en las diversas situaciones de la comunicación humana y con distintas finalidades: 
  • Hablar de manera apropiada, 
  • Entender lo que se escucha o lo que se lee,
  • Expresar de forma adecuada las ideas, los sentimientos o las fantasías,
  • Saber cómo se construye una noticia o un anuncio, 
  • Argumentar
  • Persuadir y convencer, 
  • Escribir un informe o resumir un texto 
En una mesa redonda podemos observar una competencia comunicativa desarrollada

HABLAR EN CLASE

La corrección normativa de los usos ilegítimos de los alumnos y de las alumnas ocupan un tiempo casi absoluto en nuestras aulas
Cuando hablamos intentamos hacer algo, el destinatario interpreta esa intención y sobre ella elabora una respuesta, ya sea lingüística o no lingüística.

El conocimiento formal del sistema de la lengua y la corrección normativa de los usos ilegítimos de los alumnos y de las alumnas ocupan un tiempo casi absoluto en nuestras aulas en detrimento de una enseñanza orientada a la adquisición de las estrategias discursivas que nos permiten saber qué decir a quién y qué callar, cuándo y cómo decirlo, cómo otorgar coherencia a los textos que construimos y cómo adecuarlos a las diversas situaciones comunicativas en las que intervenimos en nuestra vida cotidiana.
Intercambio comunicativo

Sin embargo las cosas están cambiando ya que nuevas las teorías sobre el uso lingüístico se interesan por el modo en que ocurren en la vida real los intercambios comunicativos, por la forma en la que se producen los fenómenos de la expresión y de la comprensión entre las personas, por cómo se adquiere y desarrolla el lenguaje y por el papel que desempeña en todos esos procesos la interacción social.

Comienza entonces a insistirse en la conveniencia de una mayor atención pedagógica al desarrollo de la competencia oral en la escuela, ya que, si bien es cierto que los niños y las niñas «ya saben hablar» al comenzar su vida escolar, no lo es menos que esa habilidad se limita a géneros orales como la conversación espontánea  y por tanto sólo es útil para ellos en las situaciones comunicativas más coloquiales o familiares, pero se revela como insuficiente o inadecuada en contextos más complejos de comunicación como la escuela, donde se requiere un uso oral más formal y elaborado.

LEER, ENTENDER Y ESCRIBIR

La lectura desarrolla el lenguaje
Enseñar a leer, a entender y a escribir es hoy, como ayer, uno de los objetivos esenciales de la educación obligatoria, al enseñar a leer, a entender y a escribir la escuela no sólo favorece el aprendizaje escolar de los contenidos educativos de las diversas áreas del currículo. Al leer y al escribir (y al hablar y al escuchar) los niños y las niñas aprenden también a usar el lenguaje en su calidad de herramienta de comunicación entre las personas y entre las culturas.

Al aprender a usar el lenguaje aprenden a orientar el pensamiento, a regular la conducta personal y ajena, y a dominar las habilidades expresivas y comprensivas que hacen posible el intercambio comunicativo con los demás y con el mundo, porque no se escribe para ser escritor, ni se lee para ser lector. Se escribe y se lee para comprender el mundo, nadie debería salir a la vida sin haber adquirido estas habilidades básicas.

La enseñanza de la lectura y de la escritura debe tener en cuenta los usos y funciones de la lengua escrita en nuestras sociedades, orientarse al dominio expresivo y comprensivo de los diversos géneros de la escritura y adecuarse a las diversas situaciones de comunicación en las que tiene lugar el intercambio de significados entre las personas.
Se escribe y se lee para comprender el mundo

Por eso, enseñar a leer y a escribir textos diversos en distintos contextos, con variadas intenciones y diferentes destinatarios, es hoy una manera de evitar ese desajuste evidente entre lo que se hace en el aula y lo que ocurre fuera de los muros escolares y una forma de contribuir desde el mundo de la educación a la adquisición y al desarrollo de la competencia comunicativa de los alumnos y de las alumnas

Hay que leer:  Es una petición de principio para unos oídos adolescentes. Por brillantes que sean nuestras argumentaciones, sólo es una petición de principio.

Aquellos de nuestros alumnos que hayan descubierto el libro por otros canales seguirán lisa y llanamente leyendo. Los más curiosos guiarán sus lecturas por los faros de nuestras explicaciones más luminosas.

Entre los que no leen, los más listos sabrán aprender, como nosotros, a hablar de ello, sobresaldrán en el arte inflacionista del comentario (leo diez líneas, escribo diez páginas),  la pesca de la cita juiciosa (en esos manuales de cultura congelada de que disponen todos los mercaderes del éxito), sabrán manejar el escalpelo del análisis lineal y se harán expertos en el sabio cabotaje entre los fragmentos selectos, que lleva con toda seguridad al bachillerato, a la licenciatura, casi a la oposición... pero no necesariamente al amor al libro.

Quedan los otros alumnos. Los que no leen y se sienten muy pronto aterrorizados por las irradiaciones el sentido. Los que se creen tontos. Para siempre privados de libros. Para siempre sin respuestas. Y pronto sin preguntas.

 CONOCIMIENTOS Y DESTREZAS EN LA LECTURA 

Proyecto PISA
El Proyecto PISA constituye un intento de evaluar el rendimiento escolar de los estudiantes de 15 años (ya al final de la escuela obligatoria) de los 30 países de la OCDE y de otros países en las áreas de lectura, matemáticas y ciencias.
En el contexto de abundantes datos que evidencian una intensa investigación educativa sobre el rendimiento escolar de los adolescentes al final de la escuela obligatoria en los países industrializados, el Proyecto PISA aporta algunas conclusiones que no deben dejar de citarse: 
  • Una minoría significativa de jóvenes de 15 años muestra una actitud negativa ante el aprendizaje escolar; 
  • Los estudiantes con entornos familiares favorables tienden a obtener mejores resultados académicos; 
  • Aunque el origen sociocultural del alumnado influye en su éxito o en su fracaso escolar, también es cierto que las desventajas académicas de quienes por su origen social desfavorecido parecen haber nacido para perder en el sistema educativo varían de un país a otro y de una escuela a otra según las estrategias escolares y las políticas educativas que en unos u otros casos se desarrollen; 
  • Un clima escolar agradable, unas programaciones educativas adecuadas a las características personales y socioculturales del alumnado y unos recursos didácticos apropiados influyen favorablemente en el aprendizaje escolar y en el rendimiento académico; 
  • Quienes leen habitualmente fuera del ámbito escolar suelen ser mejores lectores, aunque no está claro si su mayor competencia lectora es una consecuencia de ese hábito lector o de su pertenencia a un determinado entorno familiar y sociocultural; 
  • En igualdad de condiciones educativas y culturales, las alumnas suelen ser más competentes en lectura que los alumnos; 
La lectura facilita la comunicacion
En educación no basta con saber qué es la lectura, qué significa leer y cuáles son las habilidades, las estrategias y los conocimientos implicados en la comprensión de los textos. Una adecuada comprensión de los textos escritos favorece el aprendizaje escolar de los contenidos de las distintas áreas y materias del currículo.

Por eso resulta conveniente evaluar la competencia lectora del alumnado en relación con los siguientes aspectos:
  • Ideas y actitudes previas sobre lo que es importante leer
  • Conocimiento del léxico general y específico de cada tipo de texto; las estrategias que utiliza para evitar y corregir errores de lectura
  • Conocimientos y presuposiciones previos sobre el contenido de la lectura
  • Actividad inferencial al leer en función de los aspectos sintácticos y semánticos del texto (referencia textual, temporalidad, conectores, referente temático, contexto textual y extratextual...) 
  • Estrategias que utiliza para identificar la intención del autor del texto, así como para distinguir entre ideas principales y secundarias 
  • Capacidad para identificar el tipo de texto del que se trata, su estructura interna y su contexto de emisión y recepción; 
  • Habilidad a la hora de distinguir información y opinión, datos e ideas, hechos y argumentos; 
  • Capacidad para seleccionar en el texto la información relevante y la información complementaria.  

MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS, HIPERTEXTOS Y ALFABETIZACIÓN

Información en medios electrónicos
Los alumnos y las alumnas adquieren en las escuelas y en los institutos una serie de conocimientos, habilidades y actitudes acerca del entorno físico, cultural y social en el que viven.  

Cada vez más sus ideas sobre el mundo y sobre las personas tienen su origen en los mensajes de industrias de la conciencia como la televisión y la publicidad o en los contenidos que circulan por las autopistas electrónicas de la información. 

En esa conversación simbólica que tiene lugar entre las personas y discursos como el televisivo, el publicitario o Internet todo se orienta, más allá de su aparente finalidad informativa, narrativa o comercial, a erigir tales discursos en intermediarios entre la mirada de la infancia y de la adolescencia y el mundo que les aguarda.

Los textos de la prensa, las ondas de la radio, las viñetas de los cómics, el espectáculo televisivo, la persuasión publicitaria y la omnisciencia de Internet invitan a la infancia y a la adolescencia a consumir cierto tipo de situaciones, a imitar ciertos estilos de vida, a adorar ciertas ideologías y a menospreciar otras maneras de entender las cosas 
El aula sin muros de la ventana electrónica del televisor y de las páginas de Internet constituye en nuestros días el ojo mágico con el que observamos el mundo mientras en el mundo de la educación aún  persiste esa absurda idea de que el saber escolar debe permanecer ajeno a tales fenómenos comunicativos y, en un afán inútil de ponerle puertas al campo, se empeña en convertir las clases en aulas con muros donde nada de lo que se dice y de lo que se hace fuera de la escuela entre dentro y sea objeto de estudio y de reflexión

Hoy sabemos que las personas aprendemos en interacción con otras personas, con los objetos, con los textos, con el entorno físico y social, y que en esa conversación vamos construyendo no sólo algunos aprendizajes sino también las teorías del mundo que confieren sentido a nuestra existencia.

Ayudar a los alumnos y a las alumnas a leer, a entender y a escribir textos con sentido, no sólo con sentido en sí mismos sino también con significado en sus vidas, textos que les diviertan, les emocionen, les incomoden, les ayuden a expresarse y a entenderse, les descubran realidades ocultas o les ayuden. Todo menos esos tediosos textos que no entienden, que les son ajenos y cuyo significado comienza y concluye en su sentido escolar.  

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